domingo, 23 de noviembre de 2008

"El olvido que seremos" de Hector Abad Faciolince

¿QUÉ ES UNA RESEÑA?: “Una reseña literaria es una presentación oral o escrita de la opinión de un crítico sobre una obra, justificada con hechos a incidentes específicos (pasajes) de la pieza en cuestión.

Su propósito principal es dejar saber si vale la pena leer el libro que está en discusión. Independientemente si el lector ha leído la obra, el autor de la reseña debe incluir alguna información sobre el contenido, sin olvidar nunca que el objetivo de la reseña es una presentación de la opinión del crítico literario.

La reseña no debe confundirse con un reporte. Un reporte es completamente comprensivo. Se limita a una presentación totalmente objetiva de hechos: título, autor, género, precio, datos relacionados con la publicación, condiciones bajo las cuales la obra fue producida, construcción de los hechos, ilustraciones presentadas, etc...” Tomado de la página http://cai.bc.inter.edu/resenaliteraria.htm
RESEÑA:
“El olvido que seremos” es un libro escrito por Héctor Abad Faciolince, donde éste de cierto modo lo usa como una forma de desahogo frente a una situación que terminó acabando con la vida de su “Salvador” como él solía llamar a su padre en repetidas ocasiones.
Este hombre guerrero y soñador que quiso de alguna u otra forma luchar por los derechos de la gente que habitaba en los barrios pobre de la ciudad de Medellín, algunos pueblos y veredas. Comenzó luchando por el derecho fundamental al agua potable; debido a que muchas personas en nuestra ciudad entre los años setenta y ochenta estaban muriendo a causa de la carencia de este recurso fundamental en la vida de un ser humano.
Posteriormente este escritor que narra desde su niñez como era la vida de su familia, la situación en la que vivían y unas cuantas personas que se relacionaban con ellos, nos deja ver a simple vista que es un libro dedicado única y especialmente a su padre: Héctor Abad Gómez, ese hombre que le enseñó lo que es la vida, como vivirla, enfrentarla y como enseñarle a aquellas personas que no tienen acceso a una educación como luchar más que por sus deberes, por unos derechos, que al igual que la gente del proletariado colombiano y de las altas cortes; ellos también tenían derecho.

Su padre fue su ejemplo a seguir, lo salvaba de los momentos feministas que vivía en su hogar tras estar rodeado por tantas mujeres. Él era un profundo solidario, entregado a la vida, compasivo, político, médico, sabio, viajero, liberal, amenazado, muerto. Un muerto que dejó en mí una historia narrada por uno de los tantos hombres orgullosos de sus padres, un hijo que con un libro que trae como titulo “El olvido que seremos”, desgarra de su alma veinte años después una historia contada con el corazón y a fin de que mucha gente se de cuenta que así esta historia halla tenido suceso hace mucho tiempo, la violencia hoy sigue existiendo, sigue siendo la misma ciega e insensata.

Este episodio que le tocó recorrer a este hombre para que personas como yo cambiemos nuestra forma de ver el mundo, trae con este libro un titulo que casi hasta el final se logra comprender su significado.
El día que Héctor Abad Gómez fue silenciado, en uno de sus bolsillos llevaba un fragmento escrito a mano del poema de Borges: “Epitafio”. Ni que este poeta lo hubiera escrito precisamente para él, ni que este hubiera sido el retrato fehaciente de una muerte que hoy sólo queda en la mente de sus familiares, allegados, y personas que afortunadamente leímos este maravilloso libro. Una muerte que aunque el caso no fue resuelto y que de cierto modo podemos decir que quedó impune, ayudó a comprender la importancia de defender nuestra forma de ser y pensar.
TEMÁTICA, TIEMPO Y ESPACIO:
El tema principal de esta obra literaria sin lugar a duda es la lucha a la que se ve enfrentado Héctor Abad Gómez por conseguir una sociedad igualitaria, con los mismos derechos y las mismas condiciones sociales.
Se esforzó porque la gente del común pudiera tener acceso a una medicina necesaria que les curara aquellas enfermedades producidas por la falta de agua potable, ese derecho que debería pertenecer a todos y no a unos cuantos.
Todo esto lo hizo para buscar un futuro más sano y prometedor para todos.

El tiempo fue alrededor de los años setentas y ochentas, en espacios como la Universidad de Antioquia, ADIDA (Asociación de Institutores de Antioquia), finca La Inés al suroeste de Antioquia, y obviamente la ciudad de Medellín. Dentro de la historia también entran lugares como Estados Unidos, Filipinas e Indonesia.
BIOGRAFÍA BÁSICA DEL AUTOR: nació en Medellín, Colombia. Allí mismo realizó estudios – todos inconclusos- de medicina, filosofía y periodismo.
Después de ser expulsado de la Universidad Pontificia Bolivariana (por un artículo irreverente contra el Papa) viajó a Italia, donde se graduó en literaturas modernas. Regresó a Colombia en 1987 pero ese mismo año, después de que los paramilitares asesinaran a su padre y de recibir amenazas contra su vida, se refugió en Italia, donde se desempeñó como lector de español hasta 1992. Nuevamente en Colombia, trabajó como traductor del italiano e inició su carrera de escritor en la que ha publicado, además de Angosta (Seix Barral, 2003), otras tres novelas: Asuntos de un hidalgo disoluto (1994), Fragmentos de amor furtivo (1998) y Basura (2000), con la que obtuvo el Primer Premio de Narrativa Innovadora de la Casa de América de Madrid.
Ha publicado además un libro de cuentos, Malos pensamientos (1991); un libro de viajes, Oriente empieza en El Cairo (2001); un diccionario personal, Palabras sueltas (2002), y un libro de género incierto, Tratado de culinaria para mujeres tristes (1996). Existen traducciones en inglés, italiano, alemán, portugués y griego de algunos de sus libros. Actualmente trabaja como columnista en la revista Semana, de Bogotá.
(Extraído de la contraportada del libro).
APRENDIZAJE PARA MI VIDA PROFESIONAL:
En realidad este libro fue un cambio en mi forma de percibir la vida, una sacudida frente a la realidad que se viene presenciando en la sociedad colombiana, una invitación a luchar por ser “la voz de los que no tienen voz”.
Este libro considero que es una obra muy valiosa dentro del contexto de donde sea tomado. Desde el punto de vista periodístico, deja una enseñanza que venía reafirmando desde hace poco y es que en nuestro país los periodistas y las personas que investigan una verdad ya no existen, y todo por la simple razón de que hay personas que tienen algo que esconder, que quieren manipular a el pueblo; dejándolo ignorante ante una situación que se los está comiendo vivos día a día.

Este hombre recuenta de forma real la situación que se vivía en la época del sindicalismo, período de tiempo en el cual la única forma de pelear con gente grande en conocimiento y poder inimaginable con las masas, tenía que ser abatida por medio de las armas, un instrumento creado por el hombre para que este mismo algún días fuese silenciado de forma cruel por otro.

Es la necesidad de usar los medios no solo para mostrar gente linda, el disco de moda, la actriz ennoviada, sino para darle un toque realmente social, que nos permita segundo a segundo transformar esta sociedad pasmada por los de arriba, cegada por la injusticia y la impunidad.
Ya estamos despertando después de años llenos de historias escritas con sangre, de voceros del pueblo amedrentados, asesinados, desaparecidos.

Es la hora compañeros de que nuestra voz y nuestra profesión se vean bien representadas, que demostremos de forma real y no maquillada una situación crítica, con contenido altamente social y sin temor alguno de que la libertad de expresión y prensa sean nuevamente amenazados. ¿Por qué callar si somos la voz del pueblo? ¿Los encargados de informarlos y formar en ellos una autonomía o una ignorancia social? Son muchos los interrogantes que surgen, pero más son las ganas que se tienen de marcar la diferencia y demostrar que el pueblo se cansó, que esa frase que cita Héctor Abad Faciolince de Millán Astray: “¡Viva la muerte! ¡Abajo la inteligencia!” puede ser volcada con el empuje y las ganas de compartir nuestros conocimientos.

No vamos muy lejos, aquí tenemos a Guillermo Arturo Prieto, mas conocido como "Pirry". Un personaje que aunque no tiene un título de periodista, ni comunicador hace mejor esta labor que muchos de los cuales hoy poseen un cartón y se llenan la boca diciendo que son profesionales. Y es así como llena de muchas sensaciones al leer este libro agradezco a un periodista amigo, un grande de la noticia que algún día me recomendó esta hermosa expresión de sentimientos de un personaje que hoy en día se encuentra en el país donde le arrebataron al hombre que le dio fuerzas para ser quien es hoy.
“No es el lugar donde se nazca, ni como se muera; sino como se lucha”

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